lunes, 21 de diciembre de 2020

Estampas de Navidad

El día del sorteo de la lotería de Navidad todos los niños habían comenzado las vacaciones. Aquella mañana la rutina diaria se tornaba mágica al son del canturreo radiofónico de los niños de San Ildefonso, cuya monotonía se alteraba, excitante, cada vez que aquellos pequeños tenores cantaban un premio, y no digamos cuando, en lugar de pedrea, había saltado un premio de la categoría de los gordos. Era el delirio, el éxtasis, la emoción surgida de aquel gorgoritear que, por unas horas, convertía a todos en soñadores abocados al destino de los elegidos.

—¡Mamá, mamá... el tercero ha tocado en Albacete!

Al final de la mañana, agotadas todas las esperanzas, era cuando la madre le volvía a la realidad sentenciando:

—No te preocupes, hijo, lo importante es la salud, y, mira, nosotros estamos todos estupendamente, gracias a Dios.