martes, 3 de febrero de 2015

Medir los tiempos

“Aquel que engaña encontrará siempre quien se deje engañar”.
Maquiavelo.

Los políticos suelen decir que en política hay que medir bien los tiempos porque un error puede dar al traste con un proyecto (¿su proyecto?). ¡Qué bien para ellos! Porque su medida del tiempo político consiste en maniobrar con todo lo que se ponga por delante de sus intereses. Para nuestros políticos el fin último de la política no es resolver los problemas que plantea la convivencia colectiva sino el poder mismo, convirtiendo la moralidad en inmoralidad sin ningún tipo de prejuicio. Al menos, esa es la percepción de buena parte de la ciudadanía ante la observancia del proceder de la clase política que nos rodea.

Para Aristóteles (siglo IV a. de C.) el fin de la sociedad y del Estado es garantizar el bien supremo y la felicidad de los hombres. Junto a Platón, consideraba injusto que el Estado se olvidara de este fin supremo velando más por sus propios intereses que por los de la sociedad en su conjunto. De ahí la necesidad de que un Estado sea capaz de establecer leyes justas como fruto del carácter ético que ha de acompañar a la política. Aristóteles avisó que la corrupción de la democracia como forma de gobierno degenera en demagogia, consistente ésta en apelar a prejuicios, emociones, miedos y esperanzas de la ciudadanía para ganar el apoyo popular, frecuentemente mediante el uso de la retórica y la propaganda.

Acaba de comenzar la gran competición electoral de 2015. Íbamos a tener elecciones municipales a mediados de año y generales en su final, pero todos han medido sus tiempos y, al grito de “maricón el último”, cada uno nos va anunciando como van a ocuparnos el calendario para no darnos tregua electoral en todo el año. Tenemos que ajustarnos a sus tiempos y a sus arsenales de demagogia. Para esto no hay austeridad, pero de ello no se habla. Sólo les interesa nuestro voto. Si preguntan a Mas, a Susana o a Rajoy, les hablarán de la razón de estado, de la necesidad de un gobierno fuerte, de una recuperación económica invisible para la mayoría y de otras magnitudes no menos intangibles y faltas de ética. No se esfuercen, se olvidarán del dolor causado, porque ellos sólo miden sus tiempos, no los nuestros.

En lugar de orientar a la ciudadanía, miden bien sus palabras, ocultan las verdades más miserables y enhebran subterfugios inverosímiles para nublarnos el pensamiento una vez más. Sus mensajes vislumbran estrategias interesadas para conducirnos a lo mismo, al sometimiento, sin temor a sentirse odiados cuando, quizás tarde, se les descubra. El objetivo es extender la confusión con una demagogia infame y sin límite. Veremos estrechar sus manos cuando les convenga y justificar lo injustificable con argumentarios perversos. Amenazarán con el “yo o el caos”.


Nicolás Maquiavelo, en pleno nacimiento del estado moderno (siglo XVI), aconsejaba al príncipe Lorenzo II de Medici que “hace odioso, sobre todo el ser expoliador y el apoderarse de los bienes y de las mujeres de los súbditos, de todo lo cual convendrá abstenerse. Porque la mayoría de los hombres, mientras no se ven privados de sus bienes y de su honor, viven contentos”.

Lamentablemente, la mayoría se contenta sólo con eso, con que no les quiten aunque no les den. Es a lo que nos han reducido, a un conservadurismo perverso de la nada. Lo patético es que llegará el día en que asistiremos al espectáculo en el que no se detendrán hasta arrebatarnos la dignidad. Y entonces ya será demasiado tarde, se habrá acabado nuestro tiempo.

A.J.G.G.

8 comentarios:

  1. El problema, de un tiempo a esta parte, es la ortodoxia que hay en España. La endogamia genera una alienación peligrosa y una falta de miras perjudicial para un país. En España no se sale hacia delante porque el propio sistema en que vivimos, al igual que el marxismo, se carga el liberalismo. ¿Campaña electoral de 2015? Apague la tele, lea los periódicos y, en fin, aislémonos. Gran texto.

    http://www.ourgodsaredead.blogspot.com.es/2015/02/el-tango-de-la-guardia-vieja-la.html

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    1. Con todo respeto, no creo que una actitud nihilista contribuya e frenar los abusos del NEOLIBERALISMO en las últimas décadas en todo el mundo. ¡Algo habrá que hacer, Alex! ¿No te parece?

      En mi blog encontrarás una reseña del libro de Noemi Klein: “La Doctrina del Shock: El auge del capitalismo del desastre”. ¿Lo conoces? Es muy interesante.

      http://aulaadriana.blogspot.com.es/2013/11/el-auge-del-capitalismo-del-desastre.html

      Interesante tú reseña sobre el libro de Pérez Reverte.

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  2. Primero: No hay democracia y la cáscara vacía que queda está llena de corrupción y demagogia como lo apuntas en la siguiente cita,
    "Aristóteles avisó que la corrupción de la democracia como forma de gobierno degenera en demagogia..." Para ilustrar esta verdad te dejo mi ensayo "El Laberinto de la Democracia"

    http://fernandooleas8.blogspot.com/2014/12/el-laberinto-de-la-democracia.html

    Segundo: apuntas que "Sólo les interesa nuestro voto". En efecto, porque la democracia con su demagogia sirve a los intereses y no a la 'verdad'. Te invito a que leas mi ensayo, "Democracia y Verdad" para que lo confirmes que no hay tal cosa.

    http://fernandooleas8.blogspot.com/2014/12/democracia-y-verdad.html

    Excelente ensayo. Un saludo.

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    1. Aunque los vientos suenan a tempestades en buena parte del mundo, creo que debemos abrir alguna puerta a la esperanza para recuperar el protagonismo de la ciudadanía y de la democracia. Yo creo mucho en el poder de la educación y la cultura como liberadoras frente a la alienación y la demagogia. Interesante tu blog. Saludos.

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  3. Creo que el poder lo tiene la gente, como así demuestra la historia. Jamás debemos confiar en quienes tienen el poder y el control de nuestras vidas y son dueños de los medios de producción y la riqueza que generamos una inmensa mayoría. Al final, los medios de comunicación cumplen fielmente con su trabajo, también es verdad que existe una vinculación orgánica entre éstos y los que mandan, tanto financiera y accionarial, como corporativista. Estoy muy de acuerdo con tu análisis y tu comentario anterior me viene a pelo para reforzar la idea de la participación activa en democracia, que es ni más ni menos, que considerar nuestro protagonismo en los movimientos y las luchas sociales.
    Fuerte abrazo

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    1. Dudo que el poder lo tengamos la gente, amiga. El sistema está diseñado en base al dominio y la manipulación de las élites. De una forma u otra así ha sido desde hace siglos. La democracia ofrece oportunidades, pero para ello la conciencia de la ciudadanía tiene que desarrollarse y, por desgracia, todavía funcionamos sin conciencia crítica, como rebaño. Nos conformamos con poco, no arriesgamos. Así nos va. Más cultura y menos TV. Saludos.

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  4. Acaso no es arrebatar la dignidad , arrojarte de tu casa, con tus hijos, sin trabajo, sin dinero, sin medios, sin salud, sin esperanza, sin ilusiones para poder soñar viendo crecer a tus hijos en igualdad de oportunidades.. con el silencio complice de una sociedad insolidaria como testigo de tu drama...? ýa nos arrebataron la dignidad al impedirnos ser libres y comprometidos ¡¡

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    1. Lleva razón, pero es necesario trabajar colectivamente para corregir todas esas injusticias. Todavía se pueden recuperar la dignidad y los derechos. Saludos.

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