viernes, 8 de agosto de 2014

Intocables

Pagar dos millones cien mil euros a tocateja por un lujoso chalet en lo más exclusivo de Barcelona y más de 700.000, también al contado, para ponerlo de punta en blanco, sin que se conozca de forma fehaciente, según informes de la UDEF, la procedencia de tanto parné, nos deja el diccionario insuficiente para mostrar nuestro desasosiego e impotencia. Si, además, la súbita fortuna de la que se nutren esos excesos es, como dicen, superior a los 2.000 millones de euros y de origen ilícito, produce una estupefacción infinita entre la parroquia observadora de este vituperio.

Estos troles del sistema se superan los unos a los otros. Ahora son los Pujol, antes los Urdangarín, los de la Gürtel, los de Bankia y de las cajas de ahorros, los de los ERES, los del Palau, los de la especulación urbanística, los Fabra, los del Palma Arena, los de Marbella, los de los cursos de formación… después vendrán otros a seguir engordando la lista interminable de saqueadores de la patria.  Ellos han contribuido a situar a España en la primera división de la corrupción internacional, por encima de Qatar, Botswana, Bután o Chipre, según datos del Índice de Percepción de la Corrupción 2013 de Transparency International.

Al Capone, mito de las alcantarillas del hampa de Brooklyn y Chicago, fue perseguido y encarcelado por evasión de impuestos (1931), no habiendo dudado el gobierno federal para promulgar nuevas leyes que lo colocaran ante la justicia. Bernard Madoff fue detenido y acusado de fraude en 2008, siendo al año siguiente condenado a 150 años de prisión. En 2006 Kenneth Lay, presidente de Enron y Jeffrey Skilling, su ex director ejecutivo, fueron declarados culpables de conspiración para cometer fraudes, acumulando unas penas de 45 y 24 años de cárcel cada uno de ellos. Aquí, en cambio, se legislan amnistías a medida.

Éstos, los de aquí, amontonan impunes los billetes de 500 € como interminables colecciones de cromos. Su mérito no es que no se les esperara, sino su capacidad de empequeñecer a los otros, a esos, a los de su casta, a los delincuentes de guante blanco que les precedieron. Son inmunes, intocables, soberbios: “¿Qué coño es la UDEF?”, diría el honorable sin siquiera despeinarse. Se crecen como si nada fuera con ellos mientras se rodean de legiones de abogados sorteadores de una justicia amañada y plagada de recovecos jurídicos para burlarla. Y mientras se atreven a  acusarnos de que el Estado está siendo atacado, negándonos cínicamente el último recurso que nos queda, la indignación y el vociferio.


Padecemos una justicia implacable para los débiles y laxa para los que ejercen el saqueo indiscriminado de lo público. Los vemos desfilar por la inmensas carpas que despliegan los medios de comunicación sin que nadie expíe sus culpas de forma relevante. Nos dicen que estemos tranquilos, que la justicia hará su trabajo. ¿Cuándo? ¿Serán alguna vez condenados proporcionalmente al daño causado? ¿Devolverán lo hurtado? ¿O, al fin, se verán en la calle tras cumplir nimias condenas o libres por ser indemostrables sus delitos? ¿Los volveremos a ver pilotando, exultantes, espectaculares  yates de recreo y tirando de cheques cuyo origen nunca llegaremos a conocer? Esto último será lo más probable visto lo visto. Y mientras, los que le negamos la mayor seguiremos siendo considerados miembros de un satánico antisistema. Pero permanecer impávidos ante tanta obscenidad es convertirnos en cómplices y alimentadores de esta zahúrda infame.

A.J.G.G.


4 comentarios:

  1. Ojalá fuesen hurtos (hasta 500 €), son robos, algunos por si solos más grandes que todos los ladrones de bancos juntos de la historia mundial

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  2. Ataron sus jugosas "jubilaciónes" amparados en esta justicia creada y manipulada para perpetuar esta estirpe de seres intocables que además se mofan del pueblo al que solo les interesa cuando hay que llenar las urnas como primer paso para lucrarse a costa de la impunidad que ellos mismos manejan.... A los numerosos y fehaciente hechos me remito si alguno considera esto un alarmismo.
    Lo malo de todo es que es posible que esto como algunos vaticinan, sea solo la punta de ese cubito que hundió al Titanic.
    Buen post. Un saludo
    Elperroverde

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    1. Tengamos esperanza en vientos de cambio, aunque el camino será difícil. Gracias.

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