El político se convierte en estadista cuando
comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones.
Winston Churchill
Que buen tino ha tenido Pablo Iglesias, no el padre del socialismo español, sino ése otro, el emergido líder de PODEMOS, el fustigador de tertulianos y políticos amanerados, al recurrir para describirlos a ese término que tanto pica a unos y a otros: la CASTA.
No es que se sea tan novedoso el empleo
reciente de la locución con el que los historiadores definen y explican antiguos
sistemas de organización social cerrados y basados en los privilegios de cuna y,
a la vez, profundamente endogámicos (sistema de castas de la India desde
el segundo milenio a.C. o las castas
coloniales del Imperio Español en el
siglo XVIII). En la reciente bibliografía del llamado periodismo de
investigación en España, encontramos trabajos que implícita (Elcortijo andaluz −Agustín Rivera−, 2012, Indecentes
−Ernesto Ekaizer−, 2013, o Piratas
de lo público −Antón Losada−,
2013) o explícitamente (La
casta: El increíble chollo de ser político en España −Daniel
Montero−, 2009) han recurrido al concepto sin que
el gallinero se haya visto tan alborotado como en las últimas semanas.
Es cuanto menos infrecuente que, pasado un mes de las elecciones europeas del 25M, se siga prestando tanta
atención, para desacreditarlo, a la eclosión de un fenómeno político que al fin y al cabo sólo supone
algo menos del 8% de los votantes. Pudiérase cavilar que su enojo deriva del
sonrojo que les produce sentirse señalados por cuatro niñatos engreídos en las
carpas de los circos televisivos. Pero no parece suficiente, pues más holgadas
tragaderas tuvieron unos y otros a la hora de dar de lado a situaciones merecedoras de mayor sonrojo. En esta ocasión han salido raudos y veloces, a toque de
generala, con una orquestación perfectamente ordenada desde cada uno de los
flancos del sistema.
¿Qué es, pues, lo que ha pasado en las últimas semanas para que los gurús de las facciones mayoritarias en la escena política española hayan afilado sus lenguas apresurándose a vaticinar tanta calamidad si se apoyan las posturas de los enemigos de su casta: PODEMOS. Que Arriola, afamado ideólogo del PP, salga de su caverna genovesa y exponga su cara en público para tachar de frikis a casi 250.000 madrileños que los votaron es para pasmarse; que el respetado Felipe González se apresurase a definir al nuevo partido como alternativa bolivariana resulta de un alarmante impropio a su talante de prohombre de la Transición; que Susana Díaz, esperanza del socialismo andaluz y aupada con calzador de plomo, se defienda del discurso de Podemos con un "soy de casta de fontaneros" es hortera; que la FAES y la prensa afecta a unos y otros chupadores del bote de la teta de todos se sumen a una inaudita campaña de difusión del miedo entre la ciudadanía es sobrecogedor.
¿Qué es, pues, lo que ha pasado en las últimas semanas para que los gurús de las facciones mayoritarias en la escena política española hayan afilado sus lenguas apresurándose a vaticinar tanta calamidad si se apoyan las posturas de los enemigos de su casta: PODEMOS. Que Arriola, afamado ideólogo del PP, salga de su caverna genovesa y exponga su cara en público para tachar de frikis a casi 250.000 madrileños que los votaron es para pasmarse; que el respetado Felipe González se apresurase a definir al nuevo partido como alternativa bolivariana resulta de un alarmante impropio a su talante de prohombre de la Transición; que Susana Díaz, esperanza del socialismo andaluz y aupada con calzador de plomo, se defienda del discurso de Podemos con un "soy de casta de fontaneros" es hortera; que la FAES y la prensa afecta a unos y otros chupadores del bote de la teta de todos se sumen a una inaudita campaña de difusión del miedo entre la ciudadanía es sobrecogedor.
Vayamos al grano y tal vez empecemos a
explicar tanto tumulto. Ha pasado que, los llamados por el señor Pablo Iglesias partidos de la Casta, han perdido más de 5 millones de
votos, comparando los resultados electorales de las pasadas elecciones al
Parlamento europeo con los de las anteriormente celebradas en 2009. Dicho de
otros modos, el PP y el PSOE han bajado 16 puntos porcentuales
cada uno, o, también, que el PP ha
perdido el 39% de su electorado respecto a 2009 y más del 41% el PSOE. Sin embargo, subieron sustanciosamente Izquierda Plural, UPyD y eclosionó, con no poco éxito, Podemos, sumando entre las tres formaciones un 24,46% de los votos
(15 escaños).
Resultados electorales de los partidos con representación parlamentaria europea en 2009 y/o 2014 |
Si, además, reparamos en que, en 2014, de los 15.920.815 que ejercieron su derecho al voto, entre PP y PSOE sólo alcanzaron el 49% de los votos, entenderemos como se hallarán al saber que 51% restante (8.250.128) apoyó a otras formaciones electorales. Más de la mitad de los votantes dijeron NO a la Casta de Pablo Iglesias.
Si quieren más, aquí lo tienen: 18.810.754 NO se acercaron a las urnas en 2014, es decir, optaron por el “partido de la abstención” (54,16%). ¿Cómo afectaría al PPSOE si 10, 15 o 20 de esos puntos porcentuales salieran de la abstención en las próximas elecciones municipales o autonómicas? Ello supondría entre 1.600.000 y 3.200.000 votos. ¿A dónde irían? ¿Y si se mostrasen beligerantes contra ellos? No lo dicen, pero les preocupa mucho.
Debe saberse también, y ellos lo saben, que de haberse producido una coalición de partidos indignados con el sistema (Izquierda Plural, Podemos, Primavera Europea, Escaños en Blanco, Movimiento Red, Partido X…) y que presentaron candidaturas a las últimas europeas, hubieran alcanzado casi 3.500.000 votos (tantos como los obtenidos por el PSOE). Eso hubiera dado como resultado 14 escaños para el PP, 14 para el PSOE y 13 para esa hipotética “coalición anti este sistema”. ¿Y si en las próximas elecciones cazaran parte de los votos de la abstención? ¡Qué miedo deben tener!
Miedo que se les ha de tornar en pánico cuando comparen los resultados del 25M con los obtenidos en las elecciones generales de noviembre de 2011. Aunque ellos dicen que no es comparable el asunto, nunca hay que despreciar el mensaje del electorado.
Miedo que se les ha de tornar en pánico cuando comparen los resultados del 25M con los obtenidos en las elecciones generales de noviembre de 2011. Aunque ellos dicen que no es comparable el asunto, nunca hay que despreciar el mensaje del electorado.
Comparación de los resultados electorales de 2011 y 2014
|
Una sangría de más de 11 millones de
votos es lo que han sumado los dos partidos mayoritarios (PP y PSOE) con relación
a noviembre de 2011. Y no todos han
ido a la abstención, ellos lo saben.
Por eso salieron raudos y veloces, a toque de generala, con una orquestación
perfectamente armonizada desde cada uno de los flancos del sistema.
Primero sonarían los arpegios de la Gran Coalición. "Si el país lo necesita lo deben hacer”, aseguraba el
expresidente Felipe González pocos días antes del 25M haciendo un alarde de su
olfato de viejo zorro. ¿Qué es lo que el país necesita? ¿Es que temía al
veredicto de las urnas? Debe reparar el Sr. González en que el pueblo sólo clama
igual que cuando él fue elegido en 1982, exige cambio y regeneración de una
clase política, a la que él mismo pertenece, que ya ha mostrado suficientemente su naturaleza endogámica y podrida.
¿Por qué no interviene el Sr. González,
por ejemplo, para delatar el sospechoso parentesco de los empleados del Tribunal de Cuentas con los
responsables de la institución? Igualdad, mérito y capacidad para acceder a lo
público (artículo 103 de la Constitución de 1978) y pulcritud en su
administración. Eso es lo que demanda el pueblo, no la subversión como algunos
insinúan.
La misma música suena en las palabras del
expresidente al demonizar las propuestas de Podemos en asombrosa sintonía con la mismísima Esperanza Aguirre quien lanza dardos de veneno contra aquellos que
con su voto han mostrado su rechazo del procaz neoliberalismo que ella propugna:
“el 38 por ciento de los votantes se han decantado por opciones que apuestan por romper principios constitucionales básicos”.
No Sra. Aguirre, los ciudadanos no están frente a la Constitución, están
contra sus mamandurrias y contra el lupanar en que han convertido muchas de las
instituciones del Estado ustedes, los de la Casta.
Ante tanto guirigay he repasado el programa político de Podemos. He buscado referencias a ese enigmático estado bolivariano de que
hablan y no las hallo. En cambio, sí que existen en sus páginas propósitos
positivos en favor de la creación de
empleo, denuncias sobre la ilegitimidad
de aspectos de la deuda que acosa a muchos estados europeos, persecución
del fraude y la corrupción política, transparencia
pública sin paliativos, garantía de las libertades
y de los derechos fundamentales, apuesta por la investigación y la innovación
como motores de progreso, protección
social para los más desfavorecidos,
defensa de la sanidad y educación públicas, garantía de los derechos sexuales y
reproductivos y del derecho a decidir
sobre el propio cuerpo, desarrollo de mecanismos de integración y cooperación
específicos entre los países del sur de Europa, defensa de la paz, apuesta por la defensa del medio ambiente, entre otros. Si eso es el estado
bolivariano, que venga cuanto antes. ¿Qué es, pues, lo que teme la Casta para estar tan alborotada? ¿O es
que está acojonada?
A.J.G.G.
Gracias, estoy de acuerdo con todo, menos con una hipotética coalición preelectoral, que creo restaría en vez de sumar votos.
ResponderEliminarIU tiene sus votantes ,bastante fieles, y lso que nunca la votarían también bastante fieles
PODEMOS con sus propuestas de CONSENSO SOCIAL abarca al votante potencial del PSOE y del PP, al votante centrado, por eso quieren tildarlos de extremistas.
Votante hastiado de que le roben sus impuestos y le defrauden los actuales partidos.
No propugno yo en mi post ninguna coalición, Miguel. Solo especulo con las consecuencias que para los grandes partidos han tenido los resultados del 25M y lo que podría ocurrir en el futuro. No llegar entre PP y PSOE al 50% abre unas posibilidad para otras formaciones inmensas. Por eso temen tanto a Podemos. Vamos, entiendo yo.
EliminarEn mi circulo podemos, no nos dedicamos a poner a parir al contrario, si no que nos esforzamos trabajando para hacer un programa electoral que satisfaga a la gente. Si no satisface algun punto, lo quitamos y ponemos otro y ya. Ademas este programa lo hace la gente y se canaliza a traves de podemos. La gente tiene voz y voto.
ResponderEliminarQuizás , al igual que un sueño al acercarse el dia , este grupo de pensamiento desaparezca al abordar su propia construcción orgánica.. También puede sucumbir ante las críticas mediáticas de todos los partidos politicos asentados cómodamente en SUS parlamentos. quizás su final llegue como en cualquier sueño, al encontrarse con la dura realidad... pero ha sido un dulce sueño que nos ha enseñado a todos los que queríamos un cambio, que,..PODEMOS ¡¡.
ResponderEliminarAlimentemos pues, todos los simpatizantes de estos círculos de debate, sea cual sea nuestra propia disciplina democrática,con nuestras propias esperanzas e ilusiones, la llama de este proyecto, para que no desaparezcan del panorama político o social de nuestro país,.
Mientras sean visibles en nuestro entorno,mientras podamos sentirlos a nuestro lado, nuestro deseo de un país mejor, mas igual, mas justo, mas habitable, estara un poquito mas al alcance de nuestra mano..
Que la gente piense es bueno, y estos movimientos han provocado que pensemos. No sé si estos movimientos son la solución, pero si sé que el enfoque le han dado los partidos clásicos no nos sirven. O cambian de enfoque o hay que cambiar los partidos. Pero no caigamos de nuevo en los errores de siempre. Detrás de una afirmación, un compromiso y unos fundamentos.
ResponderEliminarGracias a Podemos por ayudarnos a arrancar la venda.
De acuerdo con su apreciación. El país necesitaba despertar y parece que eso se está produciendo. ¿La solución? Somos cada uno de nosotros quien debe optar por la alternativa que considere correcta. De lo que estoy convencido es que hay que regenerar el sistema y los que están en la poltrona no demuestran que estén por ello. Saludos
EliminarMe gusta la última reflexión y añado: la renovación en el poder y la discusión constructiva, dentro de los partidos o por medio de coaluciones, son las que nos salvarán de la corrupción y nos traerán los cambios
ResponderEliminarPuede ser una alternativa útil, desde luego. Aunque creo que a partir de ahora la ciudadanía deberá estar más vigilante. Saludos.
EliminarVer dar muncho que hablar Pablo y al PP le salta los dientes del pánico que le tienen, de momento ha ganado un aballa que la casta se vaya poniendo las pilas y cuando lleguen las generales van a temblar. Tiene mucho futuro si no cae en extremismos.
ResponderEliminarMuy buen post, con a mi gusto acertada reflexión que tendrá a bien seguro su confirmación en las próximas elecciones, a pesar de la guerra subversiva que se espera y que algunos intentarán llevar hasta su máxima expresión para volcar la tendencia.
ResponderEliminarUn saludo.
Elperroverde.
Gracias Pedro.
EliminarIndudablemente, los políticos son una casta que siembra favores para recoger apoyos. De esta forma la tendencia es perpetuarse mientras los problemas de la calle se pudren solos.
ResponderEliminarRespecto a Podemos y su mediático líder, está claro que han supuesto un revulsivo en la percepción de la política. Dicen lo que la gente desea oír hace mucho tiempo. Lo que queda por ver es si detrás de las palabras hay alguna capacidad de operar cambios. Sinceramente, algunos planteamientos me parecen ingenuos, otros demagógicos y otros fácilmente factibles.
Tengo mucha curiosidad por ver lo que el futuro hace con partido, líder y discurso. Y mucha esperanza, por qué no decirlo.
AG
Yo también tengo esperanzas, querido Alberto, en el despertar de la ciudadanía tras el 25M. Es la gran novedad de los últimos tiempos. ¿Qué es Podemos quien trae aire fresco? Pues muy bien. Tiempo han tenido otros.
EliminarRespecto a los políticos y su calificación como casta, voy un poco más allá. No sólo son casta por su reparto de favores para perpetuarse políticamente. Es más obsceno aún cuando las élites políticas utilizan su poltrona para ascender como clase ellos y toda su corte (hijos, sobrinos, cuñados, primos, amiguetes...). La democracia tiene que acabar con esta forma de mafia.
¿Qué te parece la repugnante y antidemocrática campaña de PP y PSOE contra todo lo que se pone en su paso?