lunes, 25 de noviembre de 2013

Quedamos a la espera, Sra. Susana Díaz

En el pasado verano presenciamos absortos las maniobras del Sr. Griñán para aupar al altar más elevado del poder institucional de la Junta de Andalucía a Susana Díaz, de quien no hay por qué negar su solvencia, pero sí el procedimiento utilizado para proclamarla candidata a la presidencia de la Comunidad Autónoma. A ningún observador avizor se le pasó reparar en las prisas utilizadas para ello y las trabas impuestas a otros candidatos, evitando toda posibilidad de debate democrático interno.

No menos dosis de estupor produjeron las maniobras que siguieron para situar a Griñán y sus adláteres (Mar Moreno y Mario Jiménez) en sendos y cómodos asientos en el Senado de España a fin de mantenerlos bien acunados y lejos del amenazante ambiente judicial (¿para ellos?) que socava las cloacas del mal hacer democrático en las instituciones públicas andaluzas ya no sabemos bien desde cuándo. 

Procedencia de la fotografía: www.elconfidencial.com

Para el ciudadano de a pie esto no es ir por el buen camino. En cambio, se percibe más como una estrategia para perpetuarse en el poder y dejarlo todo atado y bien atadoolvidando torpemente que ningunear a la vapuleada ciudadanía puede darles sorpresas en las urnas. 

En las últimas semanas se ha agitado el festival mediático del socialismo andaluz presentándonos un espectáculo que ya no se cree nadie. Basta con repasar los últimos sondeos de opinión en los que la ciudadanía clama por una regeneración que ellos no hacen por escuchar.

No han faltado cantos de sirena y palabras grandilocuentes por doquier. Desde el “¡ha nacido una estrella!”, de Belloch, hasta el apoyo explícito de Felipe González, que se oyeron en la última Conferencia Política del PSOE, o el baño de multitudes de la Díaz en el Congreso del PSOE andaluz de Granada, en el que un Rubalcaba, desquiciado por su propio drama, atribuye a Dª Susana un “poderío” que descubrió la noche de antes, según el mismo ha confesado.

Susana Díaz está “convencida de que hay que llevar un cambio al partido”. En eso estamos de acuerdo hasta los que no somos del partido, pero con los que ella también tiene que contar si quiere revalidar su estatus actual en las urnas.

La Sra. Díaz, está a punto de cumplir los cien días como presidenta andaluza. Dirá que no son demasiados, pero no olvide que durante toda la legislatura ha formado parte del gobierno andaluz. Tiempo sí que ha habido.

Los andaluces siguen a la espera de esa regeneración que se apresuran a proclamar unos y otros. En Andalucía hay muchos problemas, de los que políticamente debieran responder los sucesivos responsables socialistas que han monopolizado el poder autonómico durante treinta años. 

Los andaluces están atentos a señales auténticas de cambio. Quieren explicaciones sobre la mierda que sale si se sacude el poder institucional andaluz. Esperan a que Susana Díaz señale de una vez a los responsables, que les ponga cara, que nos diga cómo y cuándo los va a desterrar al ostracismo y los pondrá frente a la justicia. Caiga quien caiga. Si no es así no la van a creer.

Muchos andaluces sueñan con el día en que se presente en televisión y de explicaciones por las tasas de paro y por el fracaso escolar en Andalucía, por la incontinencia en los recortes en la educación pública que atribuyen, como no, solo a otros, por las opacas maniobras que desde hace años se aplican a la gestión/privatización de la sanidad andaluza, por la falta de igualdad de oportunidades en el acceso a lo público, por el enchufismo, por el clientelismo obsceno que sólo abre las puertas del futuro a los suyos, por criminalizar al funcionariado mientras se le sustituye por una legión de agencieros designados a dedo, por despreciar la inteligencia de las personas decentes a las que han utilizado como clínex cuando se ha tratado de votar, por mentir siempre que hace falta, por el despilfarro, por el ascenso imparable de los mediocres

Estamos esperando medidas, rectificaciones, cambios de rumbo y no más cantos de sirena. Es muy fácil, sólo hay que hacerlo. 

A.J.G.G. 

4 comentarios:

  1. Hay que ver si es capaz de llevar a cabo esa 'renovación' que el pueblo le pide, o incluso si es capaz de entender el significado de dicha palabra... tiempo al tiempo (aunque al PSOE le queda poco).

    Hemos Visto
    http://hemosvisto.blogspot.com

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  2. Un análisis que comparto al 101%, querdio Antonio. La pasada primavera, tras un período doloroso de reflexión, abandoné la militancia. No he dejado de ser socialista, pero sí militante.
    Me había convertido en un crítico malhumorado y había incomodidad en ambas direcciones: mis críticas en un hilo interno de Facebook no gustaban (se me insinuó que yo le hacía el juego al PP) y yo llevaba mucho tiempo incómodo por la falta de respuestas democráticas del partido. De mi experiencia, sólo salvo la labor de la Ejecutiva Municipal de Granada, que ha intentado dar cabida a la ciudadanía, solventar las listas a base de primarias, dar cancha a los barrios... para ver esta labor torpedeada siempre desde el Polvorín (la ejecutiva provincial, situada en una calle que tiene mucho que ver con pólvora).
    Ante eso, decidí quedarme en casa. No soy el único que se siente mal: hay muchísimos militantes que aportan su honestísimo trabajo y su crítica para ver que no se les tiene en cuenta más que cuando se les necesita. Una amiga militante decía que es como cuando el cura toca a misa y acude la grey.
    También deseo que las cosas mejoren y también estoy a la expectativa del poder (¿o es poderío?) de la nueva Presidenta.
    Un abrazo,

    AG

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    1. Estoy seguro de lo que dices. ¡Cómo no van a existir personas honestas! Hasta en los partidos, porque la decencia es el único patrimonio de la mayoría en el ámbito de lo público. Al menos así lo creo.

      Pero el problema tú mismo lo planteas: esa inmensa mayoría de decentes somos los mismos que militamos en el gran rebaño al que tienen totalmente amordazado.

      Algo tenemos que hacer si todavía creemos en la democracia. Seguramente en algún momento demos el gran salto hacia adelante, seguramente para seguir sufriendo, pero también para recuperar la dignidad.

      Y me reitero, no creo que sean las formas utilizadas por el PSOE andaluz contribuyan a ello.

      Por cierto, me ha encantado tu "Sin referencias". Eres un artista.

      Un abrazo.

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  3. Susana Díaz sabe que el tiempo se acaba... la "flamante" nueva Presidente, conoce perfectamente la situación de calamidad por la que atraviesa nuestro pueblo andaluz, sabe "todo" lo que hay que hacer en estos momentos en Andalucía para que su gestión política sea aplaudida , conoce todo lo que se ha hecho y, lo que se debería haber hecho ...
    También sabe cuanto se espera de ella y cuantos miserables esperanzados, la miramos con ilusión .
    Dicen que es trabajadora y constante y los que la defienden, nos dan a entender que la tardanza en terminar su carrera, no se debió a torpeza o negligencia, sólo a la necesidad de compaginar su tiempo de estudio con el trabajo...político. Y ella sabe, que para culminar su ambición, poderosa ambición, antes ha de superar esta prueba.
    Saber esto, nos hace ser optimistas y esperar de ella, lo mejor.
    Lo que ocurre, es que casi siempre, "lo mejor es el peor enemigo de lo bueno" y
    sería imperdonable, que por el deseo de conseguir hacer lo mejor para ellos, los políticos de turno, sigan sin hacer lo que es bueno para el pueblo.
    Aprovechar al máximo esta nueva oportunidad de resurgir con nuevas ideas y con mas fuerza en nuestra ya, cansada Andalucía, sería en este caso, lo mejor para ellos, dirigentes del PSOE. Acabar con la corrupción, mejorar la economía, luchar contra la incultura y el desempleo , mejorar la sanidad y evitar el continuo desangrado de nuestros hijos obligados a marchar de nuestra tierra en busca de trabajo, sería sencillamente lo bueno para todos nosotros.
    Y, Susana, lo sabe.

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